En el silencio de la noche, muchos padres se enfrentan a un desafío: los terrores nocturnos. Estos episodios de miedo intenso pueden alterar profundamente el sueño de los más pequeños y generar una sensación de impotencia en los adultos.
A continuación conoceremos todos los detalles sobre los terrores nocturnos en niños: qué son, a qué edad suelen aparecer y cómo se pueden manejar o prevenir. Nuestro objetivo es proporcionar un recurso comprensivo para ayudar a los padres a entender y ofrecer soluciones prácticas para hacer frente a esta etapa del desarrollo infantil.
¿Qué son los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos, técnicamente conocidos como «parasomnias», son trastornos del sueño que causan episodios de intenso terror y pánico en los niños.
Se diferencian de las pesadillas en que éstas ocurren durante el sueño REM y los niños suelen recordar detalles al despertar. En cambio, los terrores nocturnos se producen durante la fase de sueño no REM y raramente son recordados.
Síntomas de los terrores nocturnos
Los niños que experimentan terrores nocturnos pueden presentar síntomas como gritar, llorar, patalear y parecer extremadamente aterrados durante un episodio.
Estos episodios pueden durar desde pocos minutos hasta más de media hora (aunque la sensación es mucho mayor para los padres) y el niño suele parecer confuso o desorientado si se despierta durante uno de ellos.
Causas subyacentes de los terrores nocturnos
- Factores genéticos asociados: se ha observado que existe una predisposición hereditaria a los trastornos del sueño, incluidos los terrores nocturnos.
- Influencias ambientales: ambientes estresantes, ruido en el lugar de dormir y cambios significativos en la vida del niño como la llegada de un hermano o empezar el colegio, también pueden desencadenar terrores nocturnos.
¿A qué edad aparecen los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos suelen comenzar en niños entre 3 y 12 años, aunque son más frecuentes sobre los 3 y 8 años. Es raro que aparezcan en adolescentes y, si ocurre, es aconsejable buscar evaluación médica para descartar otras condiciones.
Factores de riesgo en diferentes etapas del desarrollo infantil
Los factores que pueden influir en la aparición de terrores nocturnos incluyen:
- La privación del sueño.
- Episodios de fiebre.
- Estrés.
- Cambios en el entorno del sueño o en las rutinas diarias.
¿Cómo evitar los terrores nocturnos?
Establecer rutinas de sueño saludables
Establecer y mantener rutinas de sueño regulares y relajantes pueden ayudar a prevenir los terrores nocturnos. Es aconsejable tener un horario fijo para acostarse y para levantarse.
Estrategias de relajación antes de dormir
Incorporar actividades tranquilas como leer un cuento, escuchar música suave o tomar un baño relajante antes de dormir puede ayudar a disminuir la incidencia de terrores nocturnos.
También es interesante evitar comidas copiosas antes de dormir para conseguir una buena calidad de sueño.
Facilitar un ambiente seguro y cómodo
El entorno de sueño debe ser seguro y acogedor. Es aconsejable evitar luces brillantes y ruidos fuertes, además de asegurarse de que la temperatura de la habitación sea la adecuada.
Otro punto importante es el colchón. Un buen colchón puede mejorar la calidad del sueño, lo que a su vez puede reducir la incidencia de terrores nocturnos. Los productos de Lémur están diseñados para maximizar el confort y la seguridad en el sueño infantil.
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Tratamiento y manejo de los terrores nocturnos
Cuando los terrores nocturnos son frecuentes, muy intensos o se prolongan más allá de la primera infancia es importante recurrir a un pediatra para que valore la situación mediante el estudio del patrón del sueño del niño así como de los antecedentes familiares.
Tratamiento médico específico
Este tipo de tratamiento frente a los terrores nocturnos no suele ser necesario a menos que estos episodios afecten significativamente la calidad de vida del niño o sean indicativos de problemas subyacentes más graves.
En esos casos, los médicos pueden considerar el uso de medicamentos que regulen el sueño o, en casos muy raros, antidepresivos leves, siempre bajo estricta supervisión médica.
Terapias comportamentales frente a los terrores nocturnos
Las terapias comportamentales como la intervención programada de despertar, pueden ser muy efectivas. Esta técnica consiste en despertar al niño aproximadamente 15 a 30 minutos antes de la hora habitual en que suelen ocurrir los terrores, para interrumpir el ciclo de sueño que los desencadena.
Además, técnicas de relajación y de manejo del estrés pueden ayudar a reducir la frecuencia de los episodios.
No obstante, siempre es precisa la supervisión de un profesional y la personalización del tratamiento según sea el caso del niño.
Conclusión
Comprender y manejar los terrores nocturnos implica una combinación de buenos hábitos de sueño, un entorno de descanso adecuado y, cuando sea necesario, la intervención médica. Con las estrategias adecuadas, la mayoría de los niños supera esta fase sin mayores complicaciones.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Qué son exactamente los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos son episodios de gran agitación que ocurren durante el sueño profundo, usualmente sin recuerdo alguno por parte del niño al despertar.
¿A qué edad son más comunes los terrores nocturnos?
Aunque pueden comenzar a cualquier edad, son más comunes entre los 3 y 8 años.
¿Cuáles son los síntomas de un terror nocturno?
Incluyen gritos, llanto, agitación extrema y, en algunos casos, el niño puede parecer estar despierto aunque en realidad sigue dormido.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo durante un episodio de terror nocturno?
Es importante no despertar al niño sino más bien asegurarse de que no se haga daño. El episodio suele pasar solo sin necesidad de intervención, es cuestión de tiempo, paciencia, mucho cariño y empatía.
¿Existen tratamientos específicos para los terrores nocturnos?
Generalmente no requieren de un tratamiento médico pero, en casos extremos, pueden considerarse opciones como la terapia cognitivo-conductual o la intervención programada de despertar.