Colchones de Cuna Lémur

Cómo decíamos anteriormente los bebés recién nacidos pasan una media de 16 horas al día durmiendo y la otra mitad de las horas restantes en la cuna o en la minicuna despiertos, por eso mismo, debemos elegir el mejor colchón de cuna que exista en el mercado. 

Existe una gran variedad de colchones de cuna en el mercado pero, ¿qué es lo que realmente debemos tener en cuenta a la hora de elegir el mejor colchón de cuna para mi bebé?

El principal factor que debemos tener en cuenta es la edad del bebé, un colchón acorde a su peso y a su estatura. 

Y por supuesto y algo en lo que en Lémur hacemos mucho hincapié es el tipo de material y qué beneficios aporta este material al bebé:

– Que el colchón está elaborado con materiales 100% transpirables. 
– Que esté libre de materiales tóxicos, como son las fundas impermeables, que sea inocuo y que evite causar alergias y dermatitis en la piel de los bebés. 
– Que su núcleo está compuesto de un material que evite el síndrome de la cabecita plana.

Tanto si el bebé duerme en su propia cuna como si seguimos practicando colecho, llegará el momento en el que deberá dormir en su propia cama. Esta es una de las transiciones más importantes en la vida de nuestros hijos. 

Es una cuestión que genera muchas dudas entre los papás. En ocasiones, cambiamos a nuestros hijos de la cuna a la cama y no tenemos en cuenta sus necesidades o su propio ritmo. Lo solemos dejar al azar y hacemos el cambio cuando consideramos que nuestro hijo lleva mucho tiempo durmiendo en la cuna.

No existe una edad exacta en la que nuestro hijo deba hacer el cambio de la cuna a la cama. Depende del ritmo de cada niño.

Siempre que la cuna sea segura para el peso y el tamaño del bebé no tenemos porqué preocuparnos. Debemos esperar a que nuestro hijo nos lo pida, esto suele ocurrir alrededor de los dos años de edad. 

En el caso de que tu hijo empiece a darse golpes con los barrotes de la cuna cada vez que se mueve o se convierta en un escalador, es recomendable hacer el cambio antes de que se lastime. 

La mejor forma de saber si tu hijo está preparado para el cambio es preguntándole y haciéndote partícipe de este nuevo cambio. 

Es complicado llegar a saber si los bebés duermen con la temperatura perfecta o no. Aunque con el tiempo te das cuenta de que si tu bebé tuviera frío o calor se despertaría más a menudo. 

Algo realmente importante es el hecho de mantener la cuna lo más despejada posible, sin almohadas, ni peluches, ni nada que pueda producirle asfixia hasta que él ya sea capaz de apartarse las cosas de la cara.  

En invierno la mayoría de los padres tendemos a arropar más de la cuenta a nuestros hijos. Aunque es la época fría, dentro de las casas la temperatura cambia mucho. Lo más acertado para esta estación del año es ponerles su pijama y encima un saco de algodón para que transpire y no sude. Siempre teniendo en cuenta la temperatura que haga en casa. De esta manera dormirá con una temperatura acorde y sin estar pendiente de si se destapa. 

En cuanto a las estaciones más calurosas, el mejor aliado son las muselinas o en el caso de gustarnos los sacos, ponerle un saco de bambula.

A la hora de vestir una cuna debemos tener en cuenta la calidad de los materiales. Que  todos los materiales que utilizamos sean lo más beneficiosos posibles para el bebé y sobre todo que no interfieran en su descanso. 

La ropa de cama está en contacto directo con la piel del bebé, por lo tanto el tejido debe ser lo más suave posible, a ser posible de de algodón 100% transpirable e hipoalergénico. 

El algodón es el material más usado para vestir una cuna, es el que mejor se adapta a la temperatura corporal del bebé, natural y libre de tóxicos. 

Es importante que vistamos la cuna con una chichonera de esta manera evitaremos que nuestro hijo se golpee con los barrotes de la cama. 

Evitar que tenga peluches y objetos que puedan interferir en su descanso, sobre todo cuando son muy pequeñitos y no son capaces de apartar las cosas por sí solos. 

En cuanto a las fundas de colchón, debemos intentar que no lleven nada de plástico como  ocurre con los protectores impermeables de colchón. Estos llevan un plástico que puede dañar la piel del bebé. 

La mayoría de los padres acoplan al colchón este protector impermeable para proteger al colchón de posibles manchas, pero no pensamos en que no estamos protegiendo al bebé. 

Las fundas de colchón de cuna y minicuna Lémur no llevan plástico. Están compuestas por una tecnología llamada Aerolayer que hace que la cuna y el colchón sea 100% transpirable. Además de ello, el textil de la funda lleva adherido unos probióticos que actúan frente a las posibles alergias y dermatitis, se trata de la tecnología  Probiotex.