Los cuentos infantiles para dormir son un clásico en la infancia de muchos, incluso una tradición familiar en algunos hogares. En ocasiones es un recurso utilizado por los niños para prolongar la hora de apagar las luces y dormir, pero cuando son bien contadas, los cuentos pueden ayudar a relajar a los niños y hacer más corto el tiempo para quedarse dormidos.
No obstante, para que esto ocurra es necesario presentar los cuentos para dormir en un contexto de una rutina para dormir, con luces bajas, sin dispositivos electrónicos cerca y pocas distracciones. De esta forma el niño se concentra en la lectura.
Aunque no parezca, leer cuentos infantiles para dormir es diferente a la lectura por diversión y entretenimiento. Este hábito también crea un vínculo entre los padres y sus hijos, así como fomenta el amor por la lectura.
¿Cómo introducir los cuentos para dormir a tu hijo?
A pesar de que parece una actividad sencilla, incorporar cuentos para niños para dormir debería tener cierta planificación. Esto es debido a que, al ser una actividad alrededor de la hora de dormir, puede alterar este hábito tan delicado. Desde que el niño nace, los padres están buscando formar los mejores hábitos de sueño posible, ya que eso permite al niño dormir de manera óptima y, por ende, a los padres también.
La mejor forma de establecer la rutina es haciendo todas las noches las mismas cosas a la misma hora. Apagar dispositivos como móviles, ordenadores y televisores, bajar las luces y acostar al niño.
También es bueno tomarse un tiempo para seleccionar historias apropiadas. Aunque es un hábito positivo, una historia muy activa puede no ser de ayuda para relajar al niño. De igual forma, si el niño es un poco más grande se puede seleccionar alguna historia más larga, para contar en varias noches. En ese caso es importante cortar el cuento en un momento adecuado.
¿Cuándo se pueden empezar los cuentos para dormir?
Como todos los hábitos para una rutina nocturna óptima, empezar lo antes posible parece ser lo mejor. Sin embargo, es entendible que algunas personas tengan dudas sobre leerle a un bebé de 6 meses, por ejemplo; en algunos casos el principal inconveniente es evitar que el bebé muerda las esquinas de los cuentos. Para otros, es un reto que el niño se mantenga quieto y preste atención.
Pensamos que leer a bebés pequeños, de menos de 4 meses, aumenta las posibilidades de que los padres continúen con el hábito. Un inicio temprano beneficia el desarrollo del lenguaje, incluso tiempo antes de que el niño sepa hablar.
¿Qué cuento leer para dormir de acuerdo a la edad del niño?
Al igual que los juguetes, los cuentos tienen características especiales para adaptarse a cada etapa de la vida del niño. Es lógico que el niño de 1 año lea un material muy diferente al del niño de 2 años; las habilidades son muy diferentes. Por eso es fundamental que los padres sepan qué tipo de cuentos pueden leerle a sus hijos de acuerdo a su edad para sacarle el máximo provecho.
Desde que nacen hasta los 6 meses de edad
Muchos padres incorporan el hábito de leer cuentos desde esta etapa. Los cuentos que leen suelen ser muy sencillos, con imágenes, pueden ser interactivos, con elementos móviles. A pesar de que el bebé parezca distraído, disfruta de la compañía de sus padres y los sonidos de sus voces. También tienen la capacidad de explorar los libros agarrándolos y hasta mordiéndolos. Es cierto que puede que no le presten atención a la historia completa, por lo que parar cuando parezcan aburridos es una buena estrategia.
De 6 a 9 meses de edad
Lo mejor para este momento de la vida del bebé son los cuentos cortos y simples, llenos de ilustraciones coloridas. En este punto, el bebé continúa explorando, observando las imágenes, los colores, abriendo y cerrando los libros. Y es, hacia los 9 meses de edad cuando empiezan a ser capaces de identificar ciertas historias o imágenes. Sigue siendo común que se lleven los libros a la boca.
De 9 a 18 meses de edad
Continúa con las historias simples, se pueden añadir los cuentos con rimas y frases repetitivas; éstas ayudan a captar la atención. Los cuentos con imágenes de otros bebés y objetos conocidos son buenos para mantener su concentración. Es posible que el bebé ya tenga una historia favorita y la solicite. Después de cumplir 1 año se puede empezar a hacer preguntas sencillas sobre las imágenes, como la ubicación de algunos elementos.
De 18 a 24 meses de edad
Ya se pueden empezar a incorporar cuentos más largos con tramas más complejas. Las rimas y el humor son los mejores ganchos a esta edad. En esta etapa es común que el niño no se mantenga quieto durante la lectura, ya que a esta edad están en constante movimiento. Si se mantiene la lectura, lo más probable es que el niño siga escuchando y en algún momento algo le llame la atención y reconecte con la actividad.
Para este momento el niño es capaz de nombrar varios objetos de manera simple. Cuando ya manejan mejor el lenguaje es posible que ellos mismos ayuden a completar las fases que se repiten. En vista de que ya son más independientes, se les puede asignar la tarea de pasar las páginas. También es bueno hacer preguntas acerca de la historia para involucrar al pequeño y fortalecer su lenguaje y razonamiento.
De 24 a 36 meses de edad
En este momento se debe aumentar la complejidad del cuento, manteniendo el humor, las rimas y las ilustraciones. Se pueden incorporar libros que no sean de ficción sobre temas como vehículos, animales, profesiones; así el niño puede ir aprendiendo sobre el mundo que lo rodea. Las preguntas sobre los cuentos también pueden ser más profundas; se puede preguntar cómo cree él que se sienten los personajes, por ejemplo, o qué piensa que pasará más adelante. Es recomendable hacer conexiones entre los cuentos y la vida del niño. Para los 3 años el niño es capaz incluso de decir de qué va la historia solo mirando las ilustraciones.
¿Cuándo se debe parar la lectura de cuentos infantiles para dormir?
Algunas investigaciones sugieren que la frecuencia con la que los padres le leen a sus hijos disminuye marcadamente a los 7 años, pero no tiene por qué detenerse allí. La lectura de cuentos para niños suele disminuir cuando el niño es capaz de leer de forma independiente, ya que algunos padres no ven necesario su rol como narradores. En ocasiones son los propios niños los que pierden el interés, ya que lo ven como un hábito para niños más pequeños.
La mejor estrategia para mantener este hábito es mantener el material de lectura interesante. Buscar algo entretenido, involucrar a los niños en la selección del cuento, leer libros con capítulos cuando sean un poco más grandes y siempre discutir con el pequeño qué es lo que desea. Muchos quieren seguir teniendo la lectura de cuentos para dormir, incluso si son capaces de hacerlo ellos mismos, ya que es un momento íntimo con los padres que va más allá de lo que está escrito en el papel.
De igual forma, incluso si el niño es capaz de leer por su cuenta, es posible que quiera leer libros que estén por encima de su nivel de lectura. Los padres pueden ser de ayuda en ese caso, dándole acceso al niño a las historias que desea oír pero que tal vez lo sobrepasan todavía.
Beneficios de leer cuentos infantiles para dormir
Leer cuentos para niños para dormir no solo es una tradición familiar agradable, es una actividad enriquecedora capaz de traer beneficios significativos a la vida de los niños. Algunos de sus beneficios incluyen:
- Es una buena forma de tener tiempo de calidad: independientemente de la edad del niño, compartir un cuento para dormir les ofrece un espacio donde los padres están concentrados completamente en ellos, cosa que quizás no ocurra en otro momento del día. Se han realizado encuestas a los padres y los resultados indican que la lectura los hace sentir más cercanos a sus hijos.
- Mejora las habilidades de lectura del niño: a pesar de que quien haga la lectura es el adulto, el niño está aprendiendo durante el proceso. Muchos siguen las palabras a medida que son leídas en voz alta. También se pueden turnar la lectura con los padres y hermanos. De esta forma el niño tiene una oportunidad diaria de practicar su lectura.
- Activa la imaginación: los cuentos abren un mundo nuevo, lleno de aventuras, fantasía y mucho más, por lo que la mente del niño estará trabajando para imaginarse los escenarios, ficticios o no.
- Crea una conversación: todos los que han leído cuentos para dormir saben que la lectura es solo una parte de la actividad. Al leer estas historias, surgen preguntas, comentarios y discusiones sobre todo lo que pasa. Esto resulta sumamente estimulante para los niños y les permite obtener el punto de vista de los adultos también.
- Amplía el vocabulario del niño: leer cuentos para dormir sirve para exponer a tu hijo a nuevas palabras. Con este vocabulario el niño aprenderá cómo expresarse mejor.
- Fomenta la lectura independiente: está demostrado que los niños son más propensos a leer por diversión si tienen un estímulo previo que haga que disfruten de la lectura. Leer cuentos para dormir es una manera efectiva de lograr esto.
- Ayuda a relajarse al final del día: este beneficio incluye tanto a los niños como a los padres. Al final de un día ajetreado, un cuento para dormir es una buena manera de olvidar lo que ha pasado durante el día y ayudar a prepararse para dormir con cosas más sencillas en la mente.
- Fortalece los valores morales: muchos cuentos infantiles para dormir enseñan valores a través de sus situaciones y personajes. De esta forma se puede reforzar lo que los padres ya deben estar enseñando en el hogar y el niño es capaz de entenderlo mejor a través de ejemplos en las historias.
¿Cómo equilibrar la vida laboral de los padres con la lectura de cuentos para dormir?
Muchos padres pueden tener todos los deseos e intenciones de leer cuentos infantiles para dormir con sus hijos, pero la realidad es que es un privilegio que no todos tienen. La vida laboral puede ser un importante obstáculo. Para estos casos, la lectura de cuentos infantiles no tiene que ser una actividad únicamente restringida a la hora de dormir.
Una alternativa es incorporar un espacio de lectura en cualquier momento del día que se logre, no necesariamente tiene que ser por la noche. Asimismo, si no se puede hacer todas las noches, hay que aprovechar las noches en las que sí. Esto hará que sea un momento aún más especial y no es necesario leer todas las noches para recibir los beneficios de este hábito. Es importante destacar que el tiempo para leer cuentos para dormir a tu hijo no tiene que extenderse por horas. Incluso 20 minutos pueden ser suficientes.
Algunos dispositivos inteligentes de hoy en día son capaces de leer historias, como Alexa. Aunque jamás podría ser un reemplazo de un padre, podría ser una opción si después se hace algo al respecto. Por ejemplo, de vez en cuando se podría permitir que el niño escuche un cuento para dormir de esta forma y después, en la mañana, discutirlo con sus padres, pero nunca dejar éste como método principal y único.
¿Leer cuentos para dormir mejora el sueño del niño?
Al igual que otras herramientas, leer cuentos infantiles para dormir a los niños puede ser de gran ayuda para consolidar una rutina en la noche. La lectura nocturna le enseña al niño a relajarse y dormir mejor. Algunos padres se esfuerzan mucho en estas rutinas, incorporando baños elaborados y masajes con aceites esenciales todas las noches. Por fortuna, un niño será capaz de dormir igual de bien y desarrollar buenos hábitos de sueño sin estos elementos.
La lectura, por su parte, sí es un hábito que vale la pena conservar en la rutina. Ofrece muchos beneficios y ayuda al niño a dejar atrás todo lo que ha ocurrido durante el día, ayudando así a que duerman relajados. Como la lectura de cuentos para dormir ocurre cuando el niño está cansado y relajado, se crea una asociación. Con el tiempo, la lectura nocturna promueve el sueño y la calma, y si se hace con frecuencia, se convierte en una pauta efectiva para dormir.
De hecho, se le recomienda a muchos adultos con problemas para conciliar el sueño hacer uso de una rutina nocturna que incluya la lectura de un libro antes de dormir. Así ocupan la mente en otra cosa alejada de las preocupaciones del día y permiten que el sueño tome el control. Está demostrado que la lectura disminuye los niveles de cortisol, una hormona asociada con el estrés, así como también ayuda a ignorar distracciones como ruidos u otros elementos alrededor que puedan perjudicar el descanso.
Consejos para leer cuentos para dormir
A pesar de que parezca bastante sencillo, existen unas cuantas sugerencias que se pueden ofrecer a los padres a la hora de leer cuentos infantiles para dormir.
Como ya se ha mencionado, es necesario escoger la historia correcta. Esto quiere decir que debe estar acorde al nivel de entendimiento del niño, no debe estar muy llena de acción y se debe evitar que el final quede inconcluso. También es preferible que la trama no tenga tantos giros.
La lectura se debe hacer de manera lenta, con un tono de voz bajo y medido. Algunos padres optan por cambiar voces o hacer dramatizaciones en algunos momentos, aunque esto puede estimular mucho al niño.
El tipo de iluminación también puede afectar esta rutina. Las luces LED pueden ser muy fuertes para este momento, al igual que su tono azul no es muy agradable. De hecho, pueden inhibir la producción de melatonina, una hormona que ayuda a dormir. Las luces con tonos naranja o amarillos son mejores. Igualmente lo mejor es tener las luces bajas. No tanto como para dificultar la lectura, pero lo suficiente para crear una atmósfera relajante.
¿Cómo ayudar a tu hijo a leer cuentos para dormir?
Después de tanto tiempo oyendo cuentos para dormir, es lógico que tu hijo quiera imitar a sus padres y sienta curiosidad por la lectura, por lo que aprender a leer se vuelve un interés. Algunos pensarán que adquirir esta habilidad es algo que se aprende en la escuela, pero siempre se puede empezar de forma temprana y reforzar en casa.
Una de las mejores recomendaciones es felicitarlo por sus logros y hacer el aprendizaje divertido. Se pueden crear juegos con recompensas. Cuando el niño se equivoque leyendo, no interrumpirlo para corregir es aconsejable. Simplemente se le pide que repita la oración donde se equivocó para que él mismo se dé cuenta.
Lo mejor es empezar con textos breves, especialmente si se está practicando a la hora de dormir. Así el niño no se cansa ni se agobia. Otra forma de fortalecer su confianza es pedirles que lean en voz alta a medida que van aprendiendo y mejorando, mostrando así la nueva habilidad que han desarrollado.
A pesar de que no se sugiere interrumpir para corregir, si están teniendo problema con una palabra en particular, sería bueno ayudarlo para que no pierda el hilo de lo que está leyendo. Finalmente es bueno recordar que incluso si el niño ya aprendió a leer, se puede seguir leyendo con él.
¿Los cuentos de hadas son buenos para dormir a tu hijo?
Los cuentos de hadas son clásicos, pero con el tiempo han sido duramente juzgados por muchos padres. Algunos son de la opinión que no dejan aprendizajes y que están muy alejados de la realidad. Sin embargo, se puede destacar el mensaje importante detrás de cada historia.
Con los cuentos de hadas los niños pueden ser capaces de aprender a lidiar con los problemas. Esto es debido a que pueden crear comparaciones con situaciones de la vida real. Estas historias también sirven para mostrar desde una corta edad que la vida tiene contratiempos y pueden ayudar a fomentar la resiliencia.
Los cuentos de hadas también sirven como una ventana a otras culturas, donde ciertas historias son famosas. Asimismo, muchos padres optan por usar los cuentos infantiles para dormir como una oportunidad para estimular el pensamiento crítico de los niños, incluso aquellos que parecen muy anticuados. De esta forma se puede crear una discusión sobre ciertos temas y resaltar elementos que quizás no estén alineados con las creencias de los padres.
¿Cuánto tiempo deben durar los cuentos para dormir a tu hijo?
La duración de la lectura nocturna depende de muchas cosas y al final es una decisión de cada familia. No obstante, algunos expertos recomiendan 10 minutos de lectura por día; otros hablan de 15 minutos. Uno de los factores determinantes para esto es la edad del niño y su capacidad de atención. A medida que vaya creciendo se puede aumentar el tiempo de lectura a 20 o 30 minutos. Si piden más, se puede continuar siempre y cuando no interfiera con su tiempo de sueño.
Resumen Final
La lectura es un hábito muy beneficioso que a largo plazo abre un mundo de posibilidades, pero como muchos otros hábitos, lo mejor es empezar desde temprano. La mejor forma de lograr esto es leyendo cuentos para dormir a tu hijo. Hay padres que empiezan desde los 4 meses y van adaptando la literatura a la etapa en la que se encuentre el niño.
Además de los beneficios para dormir, desarrollo del lenguaje, aprendizaje y más, uno de los más importantes beneficios es el vínculo afectivo que se crea y se fortalece. Muchos adultos recuerdan con alegría las historias que les contaban sus padres antes de dormir. Aunque una vida ocupada puede ser un obstáculo, buscar dedicarle al menos 10 minutos de lectura a tu pequeño puede hacer una gran diferencia. Al final, los mejores cuentos para dormir a tu hijo son los que eres capaz de contarle tú mismo y compartir con él.
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