La fiebre es el motivo más frecuente de consulta en las urgencias pediátricas. Esta no es una enfermedad, sino un síntoma que se presenta más habitualmente durante los 3 primeros años de vida. Todos los niños han tenido fiebre alguna vez y puede presentarse en varias ocasiones. La mayoría de los episodios de fiebre no indican nada grave.
Sin embargo, cuando los padres están frente al niño sonrosado, caliente y sudoroso, se debe estar calmado, seguro y saber cómo actuar de inmediato y qué se debe hacer. Entonces comienzan las preguntas: ¿Qué hacer? ¿Será algo grave? ¿Se le da un medicamento? ¿Se debe llamar de inmediato al médico o se lleva a la emergencia? Es fundamental que los padres sean capaces de manejar adecuadamente esta condición, por lo que informarse es la mejor opción.
¿Qué es la fiebre?
La fiebre es un aumento temporal de la temperatura del cuerpo, en general debido a una enfermedad. Tener fiebre es signo de que algo fuera de lo común está pasando en el cuerpo. La fiebre ocurre cuando el “termostato” interno del cuerpo aumenta la temperatura corporal por encima de su nivel normal. Este termostato se encuentra en una parte del cerebro llamada hipotálamo.
Para un adulto, la fiebre puede ser molesta, pero normalmente no es algo que causa tanta preocupación como en los niños. En lactantes y bebés, una temperatura algo elevada ya causa una gran angustia en la familia. Aunque los padres a menudo se preocupan cuando observan una temperatura elevada, la intensidad de la fiebre no necesariamente se corresponde con la gravedad de la causa. Puede suceder que algunas enfermedades leves causen fiebre alta, y que algunas enfermedades graves causen sólo un poco de fiebre o fiebre no tan alta.
¿Cuál es la temperatura normal de un niño?
La temperatura normal del cuerpo varía de una persona a otra y puede variar a lo largo del día. Asimismo, la temperatura normal varía con la edad y con la actividad del niño. La temperatura promedio es de 37°C y generalmente, se considera fiebre a una temperatura igual o mayor a 38 grados Celsius (C°) o 100,4 grados Fahrenheit (F°).
La fiebre es una temperatura por encima de lo normal pero este valor varía según el sitio de la medición:
- Rectal por encima de 38°C
- Oral por encima de 37.8°C
- Axilar por encima de 37.2°C
Se pueden encontrar elevaciones moderadas (hasta 38.5°C) que pueden ser causadas por ejercicio, exceso de abrigo, tiempo caluroso o alimentos y bebidas calientes. Si al momento de evaluar al niño se sospecha una de estas causas, se corrige y se vuelve a medir la temperatura después de media hora.
¿Qué puede causar la fiebre?
La fiebre parece tener un papel fundamental al ayudar al cuerpo a combatir algunas infecciones al estimular los mecanismos naturales de defensa y así limitar la acción de los agentes responsables, pero puede ser desencadenada por distintas cosas. Saber cuáles son las posibles causas puede ayudar a los padres a decidir cómo actuar.
Infecciones
En algunos de los casos la fiebre puede ser causada por infecciones. Dentro de las infecciones es frecuente que la fiebre sea ocasionada por virus y en ocasiones puede ser causada por infecciones bacterianas, por ejemplo, una infección en el oído, una infección en el tracto urinario, etc. En algunas ocasiones, la causa de la fiebre puede ser manifestación de algo más grave, como infecciones severas como la meningitis o sepsis, pero en estos casos, la fiebre va acompañada de otros síntomas.
Exceso de ropa
El exceso de ropa en los recién nacidos y lactantes puede ser causa de fiebre si están abrigados en exceso o están en ambientes calurosos. Esto ocurre porque no saben regular la temperatura de su cuerpo como lo hacen los niños más grandes, pero siempre hay que recordar que la fiebre en un recién nacido puede indicar una infección grave, y aunque vayan muy abrigados, igual deben ser evaluados por un médico si tienen fiebre.
Vacunas
Algunos niños pueden presentar episodios de fiebre posterior a ser vacunados. Estos pueden variar en intensidad, pero es normal. Ciertas vacunas, como por ejemplo la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina, la vacuna contra el neumococo, vacuna contra el sarampión, rubéola y parotiditis, etc, pueden presentar fiebre posterior a su colocación. Es conveniente preguntar al pediatra qué hacer en este caso al momento de la vacunación para así estar preparado.
Otras
Algunas enfermedades inflamatorias, trastornos de la sangre, enfermedades inmunológicas, algunos medicamentos, etc, pueden ser causa de fiebre y el apoyo del médico es necesario para identificar la causa de la misma en el niño para tratarlo de manera adecuada.
Causas más comunes por edad
En general, las causas más frecuentes de fiebre aguda en los niños son las infecciones respiratorias debidas a un virus, como son el resfriado común, la diarrea también por virus. Estas no son graves y suelen ser autolimitadas, es decir, mejoran por sí solas. Entre las infecciones bacterianas que causan fiebre podemos mencionar la otitis media, infecciones de los senos paranasales, neumonía e infecciones de las vías urinarias, entre otras.
De 0 a 3 meses
En el recién nacido y en todo bebé menor de 3 meseshay que recordar que tienen mayor riesgo de tener infecciones más graves o infecciones generalizadas por su relativa inmadurez inmunológica. Además, el riesgo de infecciones bacterianas en este período es mayor, sobre todo en el bebé que acaba de nacer y en el primer mes de vida. En este grupo de edad es frecuente las infecciones como las infecciones del tracto urinario, enteritis y meningitis bacteriana. Igualmente pueden presentarse infecciones virales, que suelen ser las más comunes
De 3 meses a 2 años
Los niños entre 3 meses y 2 años ya han comenzado a desarrollar y a madurar su sistema inmunológico, entonces pueden localizar y eliminar bacterias y virus. A esta edad pueden presentar infecciones respiratorias, infecciones del tracto urinario y la llamada bacteriemia oculta, que es la presencia de una bacteria en sangre difícil de identificar. Las infecciones virales se hacen más comunes cuando los niños empiezan a atender a guarderías y entrar en contacto con otros niños y personas fuera del círculo habitual, pero no suelen ser graves.
Fiebre en recién nacidos
El aumento de temperatura en recién nacidos puede ser serio, por lo que hay que hacer énfasis en los bebés a esta edad. La primera fiebre en un bebé con frecuencia es atemorizante para los padres, a pesar de que la mayoría de las fiebres son inofensivas y son causadas por infecciones leves. Hasta arropar demasiado a un niño puede causar un aumento en la temperatura. Sin embargo, toda fiebre en un recién nacido debe ser atendida y examinada por el médico lo antes posible.
Es posible que no se pueda saber la causa de la fiebre, sobre todo si no hay otros síntomas en el bebé, y esto puede tardar hasta 24 horas o más, porque se debe realizar exámenes de laboratorio y probablemente otros tipo de exámenes. Los recién nacidos, y en general los bebés menores de tres meses, tienen mayor riesgo de infecciones bacterianas graves, y esto es debido a la relativa inmadurez del sistema inmune a esta edad.
El riesgo es mayor, hasta el doble, en el bebé que acaba de nacer y durante el primer mes de vida. Si un recién nacido o un bebé menor de 3 meses tiene una temperatura de 100.4° F o 38° C tomada en el recto, independientemente si presenta algún o ningún síntoma, debe ser evaluado por un médico de inmediato.
¿Qué tipo de termómetro es el mejor para usar?
Los termómetros digitales son más fáciles de usar y dan lecturas mucho más rápidas y por lo general emiten una señal una vez realizada la medición. Existen diferentes tipos de termómetros digitales que miden la temperatura en diferentes áreas del cuerpo.
La temperatura rectal es la más exacta. La temperatura frontal le sigue en cuanto a exactitud. La temperatura oral y en el oído son exactas si se toman adecuadamente. Por último, la temperatura en la axila es la menos exacta, pero este método se puede usar para tomar la fiebre a un niño de cualquier edad.
Los termómetros de cristal que contienen mercurio ya no se recomiendan debido al riesgo de que se rompan y por el riesgo de toxicidad al usuario.
¿Cómo tomar la temperatura?
La temperatura en el niño se puede medir en varios sitios del cuerpo. Se puede medir en el recto, el oído, la boca, la frente o en la axila.
- Rectal: Para tomar la temperatura rectal, el bulbo del termómetro digital lubricado se introduce suavemente, mientras se mantiene inmóvil al niño y así se mantiene hasta la lectura. Esta es la más precisa, es decir, está más cerca de la verdadera temperatura interna del cuerpo del niño. Es la mejor opción para niños pequeños.
- Oído: La temperatura del oído se toma con un dispositivo digital que mide la radiación infrarroja del tímpano. Para tomar la temperatura en el oído, la sonda del termómetro se coloca en la abertura de la oreja, sellándola por completo, y luego se pulsa el botón de inicio. Un lector digital muestra la temperatura. Los termómetros del oído no son fiables en lactantes de menos de 3 meses de edad.
- Oral: Para tomar la temperatura oral se coloca un termómetro digital debajo de la lengua del niño durante 2 a 3 minutos. Con este sistema se proporcionan lecturas fiables. La temperatura oral es difícil de tomar en los niños pequeños, ya que tienen dificultad para mantener su boca cerrada suavemente alrededor del termómetro. Se aconseja para mayores de 4 años.
- Axilar: La toma de la temperatura axilar es una forma cómoda y práctica de medir la temperatura de un niño. Aunque no sea tan precisa como la temperatura rectal u oral, algunos padres prefieren este método. Se coloca el termómetro en la axila, directamente en contacto con la piel, se dobla el brazo del niño sobre su pecho para sujetar el termómetro en su sitio y se espera que suene la señal y se lee la temperatura.
- Frontal: Para tomar la temperatura en la frente (arteria temporal) se debe deslizar o apuntar el sensor por la frente y éste medirá las ondas de calor y la temperatura se visualiza en la pantalla. Los termómetros para la frente se pueden usar en niños de cualquier edad.
En general, la recomendación es usar termómetros electrónicos en menores de 2 años en recto o en axila y en mayores de 2 años en axila. Para lecturas confiables hay que mantenerlo puesto por 3-5 minutos.
¿Qué hacer cuando el bebé tiene fiebre?
Cuando un niño pequeño tiene fiebre, de inmediato se enciende la alarma en los padres y deben decidir qué hacer y qué no hacer ante este síntoma tan frecuente en la infancia. Antes que nada, es fundamental saber la edad del niño, ya que si se trata de un bebé menor de 3 meses con fiebre, la conducta es acudir de inmediato a la emergencia para una evaluación completa.
Medir la temperatura es necesario. Para esto, siempre se debe emplear el termómetro si hay fiebre. No basta con colocar la mano sobre la frente, la temperatura debe ser tomada con un termómetro digital.
Durante la fiebre, no se debe retirar la ropa totalmente del niño, pero tampoco abrigarlo en exceso. Debe tener la ropa necesaria para que esté fresco. También se sugiere mantener al niño en un ambiente fresco, que no esté cerrado.
Se recomienda mantener un buen estado de hidratación. La fiebre, al elevar la temperatura corporal, incrementa el consumo de agua del organismo, así que es conveniente ofrecer líquidos de forma recurrente.
Es muy importante observar si hay síntomas agregados a la fiebre como son la respiración más rápida o dificultad para respirar, manchas en la piel, más llanto, decaimiento, pérdida del apetito, etc. Todos estos síntomas y otros signos de alarma pueden marcar la diferencia al momento de decidir si correr a un hospital o no.
De acuerdo a la condición del niño, se debe decidir si se le administra un medicamento para la fiebre. Si solo tiene fiebre y esta es baja y el niño está bien ¿Qué hacer? ¿dar medicación?
Medicamentos para la fiebre
El dar o no medicación para la fiebre es un punto que genera angustia y dudas en los padres. Es sumamente importante que los padres y cuidadores del niño, sepan cuáles son los medicamentos para la fiebre y deben saber la dosis exacta indicada por el médico, así como cada cuanto debe administrarse.
Hay tendencias médicas que apoyan no dar inmediatamente el medicamento para bajar la fiebre para no interferir con el mecanismo natural de defensa que se ha generado. Una recomendación es saber de cuánto es la fiebre, qué edad tiene el niño y evaluar rápidamente cómo se encuentra, ya que si es más de 38°C, es pequeño y presenta malestar, se queja de dolor y esta decaído, se le administra el medicamento indicado por el pediatra y se procede a observar y a acudir a la consulta médica.
Muchos opinan que si el niño es grande, tiene 38°C, luce bien, juega, está tomando líquidos y tiene apetito, se puede desabrigar para que esté con ropa fresca, se le ofrece líquidos y se lleva control de la temperatura.
Cualquiera que sea el caso es importante:
- Saber por qué se está produciendo la fiebre.
- Seguir las indicaciones del médico en cuanto al medicamento, dosis y a los intervalos de administración.
- Recordar que los medicamentos para la fiebre pueden comenzar a reducir la fiebre a los 30-60 minutos luego de su administración.
- Si administrando el medicamento, la fiebre persiste o se asocia cualquier cambio que llame la atención a los padres, se debe acudir al centro de salud para la valoración pediátrica.
Signos de alarma de la fiebre
Todos los niños presentan episodios febriles alguna vez y la mayoría de estos no indican nada grave. Sin embargo, existen condiciones que deben alertar rápidamente a los padres y saber que si están presentes deben acudir de inmediato a la consulta con el médico. Es decir, la fiebre es una emergencia en cualquiera de los siguientes casos:
- Fiebre en todo lactante menor a 3 meses.
- Si la fiebre es mayor a 39°C y no se logra disminuir, o baja e inmediatamente sube.
- Si la temperatura es igual o mayor a 40ºC, independiente a la edad del niño.
- Si se asocia o se presenta rigidez de cuello y nuca.
- Si el niño empieza a convulsionar.
- Si el niño presenta dificultad para respirar o respiración rápida.
- Si las orinas del niño son escasas o completamente ausentes
- Si el niño se queja de dolor
- Si el niño presenta vómitos y/o diarrea.
- Si hay deshidratación. Esto se puede evaluar a través de varios signos como pérdida de elasticidad de la piel, si la lengua del niño se ve más seca, produce menos saliva, si al llorar no tiene lágrimas, si orina menos.
- Lesiones en piel tipo manchas o coloración azulada en labios, uñas.
- Si el bebé luce decaído, con llanto que no se calma, no quiere comer, no quiere jugar, duerme más de lo acostumbrado.
Cualquier aspecto o condición que a los padres o cuidadores le llamen la atención o le parece que está fuera de lo regular y común para el niño, es suficiente para acudir al médico para la evaluación del niño. Ante un niño con fiebre, lo más importante es saber cuál es la causa y estar atento de aquellos síntomas que indican problemas y la conveniencia de consultar al pediatra.
¿Qué no hacer durante un episodio de fiebre?
La fiebre es un mecanismo de defensa contra las infecciones y la intensidad de la fiebre no necesariamente responde a la gravedad de la infección. Es conveniente saber cómo actuar ante un episodio febril, sin embargo, es muy importante saber qué no se debe hacer durante un episodio de fiebre. Muchas veces podemos recibir consejos de personas con las mejores intenciones pero que no son los adecuados, por lo que lo mejor es consultar con el pediatra siempre.
- No se recomienda ni abrigar ni desabrigar demasiado al niño.
- Evitar dar baños de agua tibia o de agua fría. Estos pueden ser muy perjudiciales ya que afectan la temperatura interna del niño y no bajan la fiebre como tal.
- Actualmente está desaconsejado aplicar compresas de agua fresca.
- No debe utilizarse compresas con alcohol o frotar la piel con alcohol.
- No se debe dar 2 medicamentos distintos para la fiebre simultáneamente o alternarlos. Hay que limitarse a un tratamiento
- No administrar antibióticos si no han sido indicados por el médico.
- Es importante que si acude a la guardería o al colegio, se debe dejar en casa hasta tener claro el porqué de la fiebre.
- Se debe tener mucho cuidado con los medicamentos naturales como los tés de hierbas. Los niños no deben consumir cafeína y algunas hierbas pueden ser peligrosas para la salud del niño, ya que su sistema es muy inmaduro para procesarlas y pueden intoxicarse.
¿La fiebre puede prevenirse?
Está desaconsejado el uso de medicamentos para la fiebre como medida preventiva. Hay algunos ejemplos en los que esta práctica es común. En algunos casos, los niños pueden presentar fiebre tras una vacunación, entonces no se les debe dar el medicamento por adelantado ante la posibilidad de una reacción febril por recibir una vacuna. Si el caso es que posterior a la vacunación presenta fiebre y al niño se le nota molesto, podría administrarse el medicamento si así lo ha indicado el pediatra.
Resumen Final
La fiebre es el aumento temporal en la temperatura del cuerpo en respuesta a alguna enfermedad o padecimiento y no tiene por qué ser necesariamente grave. El aumento de temperatura es más común en los niños pequeños y por lo general puede ser debido a infecciones virales, como por ejemplo un catarro común y desaparece sin tratamiento y sin complicaciones. Esto es debido a que por su corta edad, no han desarrollado completamente su sistema inmune y son más susceptibles a infecciones.
Este síntoma puede generar mucha angustia en padres, especialmente primerizos y con bebés pequeños. Es recomendable siempre estar informado y adelantarse a los hechos. Es inevitable que el niño presente fiebre, pero cuando se comiencen las consultas para control de niño sano, se debe preguntar lo antes posible qué hacer ante la fiebre. De esta manera cuando se presente, se sabrá qué hacer y si es necesario alarmarse o no.