Cuando un niño tiene fiebre, una de las preocupaciones más comunes entre los padres es si deben despertarlo o dejarlo dormir.
La fiebre, aunque a menudo causa alarma, es una respuesta natural del cuerpo para combatir infecciones. Durante este proceso, el sueño puede jugar un papel clave en la recuperación.
Beneficios del sueño en la fiebre
El sueño es un proceso fundamental para la recuperación del cuerpo, especialmente en los niños que están lidiando con fiebre. Durante el sueño, el cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos que son esenciales para combatir infecciones y restaurar el equilibrio interno.
Fortalecimiento del sistema inmunológico
Durante las etapas profundas del sueño, el cuerpo produce y libera citoquinas, unas proteínas que ayudan a combatir infecciones, inflamaciones y el estrés. En el caso de una fiebre, estas citoquinas son esenciales para que el sistema inmunológico pueda atacar a los agentes patógenos de manera más efectiva.
Ahorro de energía para la recuperación
Mientras duerme, el cuerpo del niño redirige la energía que normalmente se utilizaría para actividades físicas hacia procesos internos de recuperación. Hablamos de la regulación de la temperatura corporal, la reparación de tejidos y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Reducción del estrés físico y emocional
La fiebre puede ser incómoda pero el sueño ayuda a aliviar parte del malestar físico y emocional que conlleva estar enfermo. Dormir permite al cuerpo relajarse y evitar estímulos externos que puedan agravar la incomodidad.
Regulación de la temperatura corporal
Aunque parezca contradictorio, durante el sueño el cuerpo tiene la capacidad de autorregularse mejor. Esto significa que, en muchos casos, la fiebre puede bajar de forma natural mientras el niño descansa, siempre que el ambiente sea adecuado y no esté demasiado abrigado.
Mejora en el estado de ánimo y la energía al despertar
Cuando un niño enfermo tiene un sueño reparador, es más probable que despierte sintiéndose mejor, con más energía para afrontar el día y con menor irritabilidad. Esto facilita también la administración de medicamentos o alimentos, ya que el niño estará más receptivo.
Prevención de complicaciones
Dormir lo suficiente permite que el cuerpo tenga el tiempo necesario para combatir la infección de manera eficiente, lo que a su vez reduce el riesgo de que la fiebre persista o cause complicaciones adicionales.
Señales que indican que es mejor despertar al niño
Es recomendable despertar al niño si:
- Su respiración parece dificultosa.
- La fiebre supera los 39,5°C y no ha recibido medicación.
- Está demasiado letárgico incluso después de dormir.
En estos casos, es importante actuar ante la fiebre y acudir al pediatra de manera urgente.
Mitos comunes sobre la fiebre y el sueño infantil
“Nunca dejes dormir a un niño con fiebre alta”
Si no hay signos de alarma, como los descritos anteriormente, y el niño está cómodo, dejarlo dormir puede ayudar en su recuperación. Una sudoración excesiva, inquietud y despertares frecuentes son normales pero, si persisten, es mejor evaluar la situación con su pediatra.
“Es mejor interrumpir el sueño para dar medicinas”
No siempre es necesario. Si el niño está durmiendo bien y la fiebre no es peligrosamente alta, es mejor esperar a que despierte naturalmente para administrar medicamentos y ajustar las dosis futuras.
Consejos prácticos para manejar la fiebre y el sueño
Cuando un niño tiene fiebre, los padres suelen enfrentarse al desafío de equilibrar el descanso necesario con las medidas para controlar la temperatura. El sueño, como hemos visto, es fundamental para la recuperación, pero es igualmente importante garantizar que el niño duerma de manera segura y cómoda.
Preparar un ambiente adecuado para el descanso
Un entorno cómodo y fresco es esencial para que el niño con fiebre pueda descansar bien. Algunos aspectos clave incluyen:
- Ropa ligera: a la hora de vestir al pequeño para dormir es recomendable evitar sobreabrigar al niño, ya que puede agravar la fiebre o dificultar la regulación de la temperatura. Pijamas ligeros de algodón son una buena opción.
- Habitación ventilada: mantén una temperatura agradable en la habitación, entre 20-22°C, asegurándote de que haya una buena circulación de aire.
- Utilizar luz roja para dormir: mejora la calidad de sueño al no interrumpir la producción de melatonina entre otros muchos beneficios.
- Colchón cómodo: un colchón que ofrezca el soporte adecuado, como los colchones Lémur, puede ayudar a que el niño se sienta relajado y tenga un sueño reparador incluso mientras combate la fiebre.
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Hidratación y confort antes de dormir
La fiebre puede llevar a una rápida pérdida de líquidos a través del sudor, lo que hace que la hidratación sea fundamental:
- Agua y líquidos claros: ofrécele agua, caldos o bebidas adecuadas para niños antes de acostarse. Evita las bebidas azucaradas como zumos o con cafeína.
- Pequeñas comidas ligeras: si el niño tiene apetito, una comida ligera y nutritiva puede ayudarle a sentirse más cómodo antes de dormir.
- Toallas húmedas: si el niño lo tolera, utilizar una toalla húmeda tibia en la frente o en las extremidades puede proporcionar confort sin causar incomodidad.
Cómo saber si el niño está cómodo durante la fiebre
La observación es clave para garantizar que el niño esté descansando adecuadamente:
- Postura relajada: si el niño se mueve constantemente o parece incómodo, podría necesitar ajustes en su entorno o atención adicional.
- Monitorización silenciosa: evita despertarlo a menos que sea absolutamente necesario, pero revisa su temperatura corporal de forma discreta para asegurarte de que no esté subiendo demasiado. Puedes usar termómetros de contacto suave o dispositivos inteligentes que se conectan a una aplicación móvil para medir la temperatura sin perturbar el sueño.
- Sábanas y almohadas limpias: asegúrate de que su cama esté limpia y ordenada, especialmente si el niño ha sudado durante el descanso.
Estrategias adicionales para facilitar el sueño
- Rutinas relajantes: leerle un cuento corto o cantarle una canción puede ayudarle a conciliar el sueño, incluso si se siente incómodo debido a la fiebre.
- Control de estímulos: apaga luces brillantes, dispositivos electrónicos o cualquier elemento que pueda distraerlo.
- Medicamentos antes de dormir: si el pediatra lo recomienda, administrar antipiréticos antes de acostarse puede ayudar a que el niño tenga una noche más tranquila.
Conclusión
Dejar dormir a un niño con fiebre es generalmente seguro y beneficioso. El sueño promueve la recuperación y fortalece su cuerpo para combatir la infección. Sin embargo, es importante vigilar si apareciera cualquier signo de alarma.
Con los colchones adecuados, como los colchones Lémur, puedes garantizar un descanso de calidad incluso en estas situaciones tan difíciles para todos.
Preguntas frecuentes
¿Qué temperatura es segura para que un niño duerma?
Una fiebre moderada, inferior a 39°C, suele ser segura mientras el niño esté cómodo.
¿Debo despertar al niño si tiene fiebre alta?
Solo si supera los 39,5°C o muestra signos de alarma como dificultad para respirar.
¿Qué hago si el niño suda mucho mientras duerme?
Cámbiale la ropa si está húmeda y asegúrate de que esté bien hidratado.
¿Es seguro usar medicamentos antipiréticos antes de dormir?
Sí, siempre que sean recomendados por el pediatra y se sigan las dosis indicadas.
¿Cuánto tiempo debe dormir un niño con fiebre?
Lo necesario para sentirse mejor, a demanda. El sueño prolongado puede ser parte del proceso de recuperación.